Hispan TV.- Rousseff cree que los argumentos usados en su
contra son pretextos y carecen de legalidad, y que solo el pueblo
brasileño mediante las urnas la puede juzgar.
En una entrevista concedida y publicada ayer martes por el diario francés Le Monde,
la destituida presidenta de Brasil expresó su rechazo a quienes
mediante argucias y pretextos facilitaron su reciente destitución del
cargo por el Senado Federal.
Dilma Rousseff, elegida en 2010 y reelecta en 2014, perdió su mandato
tras un turbulento proceso de nueve meses por unas supuestas
manipulaciones de las cuentas públicas del ejercicio fiscal 2014-2015,
pero conserva sus derechos políticos, lo que le deja la puerta abierta a una eventual nueva candidatura.
Los protagonistas de mi destitución son la oligarquía brasileña, que
con su decisión de apartarme del poder, sin quitarme mis derechos
políticos, solo ha mostrado que no hay lógica alguna en este proceso
contra mi mandato, que carece además de cualquier base legal", afirmó la
destituida presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.
Rousseff señaló que los interesados en su destitución justificaron su impeachment
con menciones a razones inconexas y vagas, tales como "un conjunto de
acciones" de su política. Y en la Constitución brasileña, resaltó, no
hay cabida para tales argumentaciones.
En esta tesitura, la exmandataria asegura que ochenta y un senadores no están capacitados para juzgar su política, porque esa tarea recae sobre toda la población, mediante elecciones generales directas.
En realidad, apuntó Rousseff, la verdadera motivación de su cese se
puede hallar en el interés de la oligarquía brasileña de querer detener
el proceso 'Lavado Express'.
Al respecto, explica que tal proceso pretendía destapar los
resultados de investigaciones relacionadas con la corrupción, el lavado
de dinero y la existencia de fondos reservados para la financiación de
los partidos y las campañas electorales, que el nuevo presidente del
Gobierno, Michel Temer, no ha tenido en cuenta en sus anunciados planes
de ajuste.
Ayer mismo (martes), Rousseff partió de Brasilia (capital) para
instalarse en Porto Alegre, desde donde ha prometido que dará batalla
contra su sucesor Temer y sus mencionados planes