HISPAN TV.- Las Fuerzas Armadas de Japón se preparan para una eventual confrontación militar entre China y Taiwán que viven una creciente tensión en los últimos meses.
La próxima semana, las Fuerzas de Autodefensa de Japón (SDF, por sus siglas en inglés) participarán junto a soldados estadounidenses en unos ejercicios militares en los que entrenarán respuestas a un posible despliegue de las tropas chinas.
Estados Unidos tendrá un papel observador en ese simulacro militar, informó el jueves la agencia nipona de noticias Kyodo.
Japón aprobó en marzo de 2016 una ley que autoriza a sus Fuerzas Armadas a actuar en el extranjero, pese a las protestas de varios sectores de la población. Los detractores de la normativa aseguran que la reforma abre la vía a que Washington arrastre a Japón a sus aventuras bélicas por el planeta.
El anuncio vino el mismo día que la Armada taiwanesa concluyó una maniobra militar de dos días, recreando una hipotética invasión naval de China. Durante las prácticas castrenses, llevadas a cabo en el oeste de la isla, los soldados taiwaneses simularon la defensa ante un ataque marítimo chino, empleando destructores, corbetas y naves de asalto anfibias, junto a helicópteros.
Con estos ejercicios, la Armada taiwanesa respondió a dos recientes aventuras militares chinas, la primera ocurrió en diciembre cuando el bombardero nuclear chino H-6 sobrevoló las regiones alrededores de Taiwán y la segunda fue en enero cuando un grupo naval chino, liderado por el portaaviones Liaoning concluyó su paso por el estrecho de Taiwán.
La isla puso su Ejército “en estado de alerta”, tras el paso del Liaoning cerca de su territorio. No obstante, el gigante asiático defendió la maniobra, aduciendo que su objetivo era probar armas y equipos en el mar de la China Meridional, y alegando que, conforme a la ley, tiene libertad de navegación.
La tensión entre Taiwán y China se intensificó tras la llamada de la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, a su homólogo electo de EE.UU., Donald Trump, que podría implicar un apoyo a la independencia de la isla. Trump parece no dar mayor importancia al principio de ‘Una sola China’, respetado durante muchos años por las administraciones estadounidenses.
El gigante asiático reclama Taiwán como territorio propio y una provincia separatista a pesar de que desde 1949 este se gobierna como una nación con sus propios ministros y políticas nacionales y de exteriores, independientes de China.
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