Ciudad Caracas.- Por primera vez en su historia, Guaros de Lara se ve en una posición privilegiada en una gran final de la Liga Profesional de Baloncesto (LPB). En los tres eventos decisivos que previamente había disputado, siempre comenzó con dos derrotas y posteriormente terminó con las manos vacías.
En esta oportunidad, los crepusculares parecen haber conseguido la fórmula para dominar, hasta ahora, en par de ocasiones, a un rival como Marinos de Anzoátegui, que en las finales de los torneos de 2005 y 2015 fue su verdugo.
En ambas confrontaciones, los navales arrancaron con la ventaja y terminaron alzando la copa que los acreditó como los campeones. Sin embargo, en este 2017, las cosas han tomado otra dirección y se inclinan a favor de los barquisimetanos que ya garantizaron, en el peor de los casos, regresar la serie a la ciudad musical del país.
El factor localía ha sido clave hasta el momento para los larenses que, respaldados por una extraordinaria asistencia de público, en muchos aspectos del juego se han visto muy superiores al Acorazado Oriental, que ahora va a su feudo, el Luis Ramos de Puerto La Cruz, a tomar oxígeno.
El primer duelo, celebrado en el Domo Bolivariano, concluyó por apenas dos unidades de diferencia. Ciertamente Marinos no supo cerrar el resultado en los últimos minutos, y Guaros sacó la garra apoyado además en el gran accionar de su base Nate Robinson.
Para el segundo cotejo, los dirigidos por el argentino Guillermo Vecchio, fueron más contundentes y no dieron mayores libertades. Esta vez José “Grillito” Vargas fue el hombre grande en el ataque.
Pese a este dominio, nada luce claro, pues Marinos ahora como anfitrión será un duro oponente.
HAROLD URRIETA / CIUDAD CCS