AVN.- Este viernes la Casa Blanca anunció la emisión de una orden ejecutiva firmada por el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU), Donald Trump, en la que impone nuevas sanciones económicas contra Venezuela, como parte de una arremetida sistemática contra el pueblo venezolano, que intenta limitar la capacidad operativa y financiera del Gobierno Nacional, tras la constante reafirmación del carácter soberanista e independiente de la nación suramericana.
En el decreto, el Gobierno estadounidense prohíbe a todos sus socios comerciales y financieros, y a empresas estadounidenses o con capital en los EEUU a realizar cualquier acuerdo o transacción con Petróleos de Venezuela (Pdvsa), principal industria que sostiene la economía del país.
EEUU "prohíbe operar nueva deuda emitida por el gobierno de Venezuela y su empresa petrolera estatal (Pdvsa). También prohíbe las transacciones en ciertos bonos existentes propiedad del sector público venezolano, así como los pagos de dividendos al gobierno de Venezuela", medidas que constituyen un bloqueo económico abierto, dirigido a afectar directamente las condiciones de vida de la población.
Esta nueva acción del presidente Trump se suma a la reciente amenaza de intervenir en los asuntos soberanos de Venezuela "con una opción militar", como medida adicional a las sanciones económicas ya antes anunciadas, una de ellas con peso directo en el presidente de la República, Nicolás Maduro.
Asimismo, a la gira de su vicepresidente, Mike Pence, quien visitó algunos países de América Latina con gobiernos subordinados a los EEUU, como Colombia -donde la nación norteamericana tiene ocho bases militares-, Argentina y Panamá, y culminó este miércoles con una visita al Doral, localidad aledaña a Miami, en Florida, para reunirse con la comunidad antichavista venezolana residente en la zona, entre los que figuraron diferentes políticos prófugos de la justicia venezolana, como el ex alcalde de Chacao, Ramón Muchacho.
Estas nuevas arremetidas responden a las amenazas proferidas por Trump hace algunos meses, cuando pretendió prohibir la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, convocada por el presidente Maduro en ejercicio de sus facultades constitucionales para propiciar una salida democrática a la coyuntura política que atravesaba el país, y en la que más de 8 millones de venezolanos votaron y ratificaron su voluntad de independencia y autodeterminación.
Por la importancia de Venezuela para los EEUU en el mapa geopolítico, la nación norteamericana ha financiado constantes planes desestabilizadores con el objetivo de derrocar a la Revolución Bolivariana y tomar el control de los recursos naturales. Pero ha sido durante el periodo del presidente Maduro, y de forma más frontal durante la gestión de Donald Trump, que el Gobierno estadounidense ha pretendido inferir en asuntos internos y soberanos de la nación suramericana.