Adán Chávez.- El lunes 13, se dio inicio a un conjunto de
acciones para la reestructuración de la deuda externa. La brutal campaña
del aparato propagandístico imperialista no pudo eclipsar el éxito de
esta iniciativa.
Mientras las corporaciones mediáticas de la desinformación mundial
desplegaban un circo amarillista con titulares en los que se decía que
Venezuela y PDVSA estaban al borde de un default, el Gobierno
Bolivariano avanzó en la firma de un acuerdo con Rusia, a la vez que
China reiteró su confianza en la capacidad de nuestro país y de nuestra
industria petrolera para honrar sus futuros compromisos.
En su empeño de aislar a la Revolución Bolivariana, Estados Unidos
impulsó una írrita reunión que fue rechazada por la comunidad
internacional, para llevar el "caso Venezuela" al Consejo de Seguridad
de la Organización de Naciones Unidas (ONU) a fin de obtener el aval de
este organismo multilateral para justificar una invasión. También,
comenzando la semana, la Unión Europea (UE) impuso unas ridículas
sanciones contra nuestro país, subordinándose a los dictámenes del
gobierno norteamericano.
Es decir, y quién puede ponerlo en duda, hubo toda una conspiración
transnacional aupando el cerco económico y financiero que se pretende
imponer a nuestra Patria y me atrevo a afirmar que, especialmente, para
tratar de anular el reinicio del diálogo este jueves 16 de noviembre en
República Dominicana. Tampoco lograron ese propósito y el pueblo
venezolano salió nuevamente airoso. La cita del pasado jueves arrojó un
resultado muy positivo para el futuro de la nación ya que se avanzó en
la metodología que se utilizará el 1 y el 2 de diciembre, cuando se
efectúen las conversaciones formales.
La gran mayoría de las y los venezolanos, independientemente de su
inclinación política o partidista, apuesta por el éxito del diálogo como
la única herramienta para el respeto, la convivencia y la paz. Un
diálogo honesto, sincero, sin predisposiciones de ninguna naturaleza,
para que logremos los acuerdos necesarios y convenientes para continuar,
respetando y aceptando nuestras diferencias, por la senda marcada por
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en favor de la
felicidad de nuestro amado pueblo.
La comunidad internacional ha manifestado también, su pleno apoyo al
diálogo en Venezuela para la búsqueda de soluciones en conjunto para la
problemática del país. El diálogo se traducirá finalmente en el
fortalecimiento del Estado y sus instituciones y ello debe traer, entre
otros resultados, la incorporación de todos los sectores empresariales
nacionalistas y patrióticos a la reactivación productiva y la respectiva
confianza a los tenedores de bonos y aliados para el proceso de
reestructuración de la deuda externa.
Es necesario recalcar que el éxito del diálogo pasa por el
reconocimiento del Poder Constituyente, que es el poder originario.
Luego de un trimestre signado por la violencia fascista de los sectores
más reaccionarios de la oposición, que intentaban impedir la elección de
la nueva Asamblea Nacional Constituyente (ANC), más de 8 millones de
venezolanos se negaron a la posibilidad de una guerra civil o a la
proliferación de un plan desestabilizador a gran escala que sumiera a la
nación en el caos.
El pueblo votó en favor de la paz en la elección de una nueva ANC,
propuesta por el presidente Nicolás Maduro Moros, hijo de Chávez. Con su
instalación y puesta en marcha, la ultraderecha neofascista fue
derrotada y la oposición se vio en la obligación de buscar nuevamente el
camino democrático para hacer política. A pesar de esa muestra
irrefutable de la voluntad de la inmensa mayoría de nuestro pueblo, la
administración del Sr. Trump y sus gobiernos aliados, insisten en
desconocer su legitimidad. Las ilegales sanciones impuestas, no son otra
cosa que represalias al poder constituyente del pueblo.
Tal y como en nuestra política interna, los sectores menos
recalcitrantes de la oposición se han visto en la obligación de
reconocer la institucionalidad del Estado, del poder popular, que
representa la ANC, más allá de un Gobierno; así debemos lograr una
importante victoria, quizás la más trascendental en esta nueva etapa de
la Revolución Bolivariana: el reconocimiento internacional de la ANC
como depositaria y garante del mandato del pueblo venezolano. De ello
depende la cristalización del diálogo, y en ello pondremos todo nuestros
esfuerzos desde la diplomacia constituyente.
Y es que nosotros, los revolucionarios bolivarianos, creemos en el
diálogo para la paz, ese mismo que promovió incesantemente el Comandante
Chávez y que nos permitió un ciclo de avances y logros sociales
incuestionables. Ese mismo diálogo, pleno de humanismo, cooperación y
talante integracionista, que trascendió nuestras fronteras para
convertirse en paz en el sufrido pueblo colombiano.
Oportuno es aquí recordar, que el diálogo que Chávez promovió no era
entre las élites; su principal protagonista fue el pueblo venezolano. El
diálogo no es sólo dos bandos sentados en una mesa con presencia de
facilitadores internacionales. El diálogo es fundamentalmente el pueblo
ejerciendo la democracia protagónica, participativa, popular, que ha
obtenido gracias a estas casi dos décadas de Revolución Bolivariana. Y
la ANC es el crisol y la voz de ese pueblo que la eligió para ejercer el
poder constituyente originario a fin de adaptar nuestra Constitución
Bolivariana a las nuevas circunstancias históricas.
Con la elección de la ANC, el pueblo derrotó al fascismo criollo. Con el
diálogo echaremos por tierra las pretensiones del imperialismo de
arreciar el bloqueo financiero para intervenir nuestro país. Pero para
que eso suceda, es necesario que todos los participantes reconozcan al
pueblo constituyente representado en la ANC.
Estamos seguros que lo lograremos. Apostamos fervorosamente a que este
nuevo reinicio del proceso de diálogo, sea un verdadero reencuentro por
este país hermoso, donde cabemos todos y todas, donde podemos convivir
con aceptación, tolerancia, respeto y consideración de parte y parte, y
que juntos podamos impulsar el desarrollo pleno de nuestra Patria amada.
Tenemos por delante la esperanza de un pueblo. No vamos a defraudarlo…
Con Chávez Siempre¡¡