ABC.- Salah Abdeslam, el único superviviente de los comandos yihadistas que atacaron a París el
13 de noviembre 2015, aparecerá por primera vez en público para
responder por primera vez, desde Bruselas, por un tiroteo con la policía
ocurrido en marzo de 2016, meses después de los atentados en Francia.
Este juicio es un anticipo del que tendrá lugar en
Francia por los ataques que causaron la muerte de 130 personas. Pero se
lo espera ansiosamente para saber si este delincuente común convertido
en «enemigo público número uno de Francia» romperá su silencio sobre la
célula yihadista.
Por el momento, Abdeslam se ha negado a responder a
las preguntas del tribunal belga: «Mi silencio no me convierte en
criminal, es mi defensa», ha alegado.
Transferido a finales de abril de 2016 a
Fleury-Mérogis en la región de París, Abdeslam salió de su prisión
francesa por la noche para ser trasladado a Bélgica. Un convoy de
vehículos de la policía de élite GIGN francés salió de la prisión en el
frío de la noche.
Con 28 años, este marroquí de origen francés que
creció en Molenbeek, un barrio multiétnico y mestizo en Bruselas,
aparece en el corazón de una célula yihadista implicada en al menos tres
casos terroristas importantes.
Los ataques de noviembre de 2015 en París, los del
22 de marzo de 2016 en Bruselas (32 muertos) y el ataque abortado en el
tren Thalys Amsterdam-París en agosto de 2015 posiblemente formen parte
del mismo operativo de la organización yihadista Estado Islámico (EI),
dice el fiscal federal belga.
Los hechos por los cuales se probará Salah
Abdeslam de lunes a viernes se remontan al 15 de marzo de 2016.
Investigadores franceses y belgas sufrieron un ataque armado durante una
búsqueda rutinaria en uno de los escondites en Bruselas de Abdeslam,
ubicada en rue du Dries in Forest. Tres policías resultaron heridos y un
yihadista argelino de 35 años, Mohamed Belkaïd murió cubriendo la fuga
de Abdeslam y un cómplice, Sofiane Ayari, un tunecino de 24 años.
Tres días después, Salah Abdeslam fue detenido
junto con su cómplice Ayari, lo que, según los investigadores, supuso el
desencadenante de los ataques el 22 de marzo de 2016, cuando tres
atacantes suicidas se inmolaron en el aeropuerto y en el metro de la
capital belga.
El terrorista fugado
Salah Abdeslam, cuyo hermano Ibrahim fue uno de
los terroristas suicidas de París, huyó aquella noche de la capital
francesa y logró llegar a Bruselas, donde escapó de las fuerzas de
seguridad durante cuatro meses hasta que fue detenido el 18 de marzo de
2016, tres días después del tiroteo con la policía por el que se le
juzga.
Cuatro días después de su captura en el barrio
bruselense de Molenbeek-Saint-Jean, otros tres integrantes de ese mismo
grupúsculo del Estado Islámico vinculado a Bruselas atentaron contra el
aeropuerto y la red de metro de la capital belga, y asesinaron a 32
personas y causaron lesiones a otras 340.
De nacionalidad francesa y origen marroquí, pero
criado en Bélgica, se considera a Abdeslam uno de los terroristas que
mataron a 130 personas en París el 13 de noviembre de 2015 y se cree que
tuvo un papel significativo en la logística de los peores atentados en
suelo francés desde la Segunda Guerra Mundial.
Fue el único de la célula islamista que aquella
noche no activó su chaleco explosivo, supuestamente porque no funcionó, y
que tampoco fue abatido durante los mismos ataques o cinco días después
en la cercana localidad de Saint-Denis, donde la policía terminó con la
vida del presunto coordinador de los atentados, el belga-marroquí
Abdelhamid Abaaoud, y de dos de sus colaboradores.
Durante el juicio, el presunto terrorista no
pernoctará en Bélgica, sino que regresará a dormir a la cárcel francesa
de Vendin-le-Vieil, cercana a la fronteriza ciudad francesa de Lille.
Los medios galos señalan que Abdeslam estará
confinado en una celda de 9 metros cuadr
ados con videovigilancia las 24
horas, desde donde cada día recorrerá 150 kilómetros para asistir al
tribunal.