HispanTV.- Tres de cada cuatro ciudadanos de América Latina
tienen poca o ninguna confianza en sus gobiernos, según recoge un
informe elaborado por varias organizaciones regionales, destacando,
asimismo, que casi el 80 % de los consultados cree que la corrupción
alcanza las instituciones públicas.
Actualmente el 80 % considera
que la corrupción está extendida en las instituciones públicas, en
comparación con 67 % del 2010, conforme se refleja en un estudio
realizado por el Centro de Desarrollo de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la Comisión Económica para
América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL) y CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, en colaboración con la Comisión Europea (CE).
La desconfianza ciudadana crece y está provocando una desconexión
entre la sociedad y las instituciones públicas en América Latina, con lo
que se pone en peligro la cohesión social y se debilita el contrato
social, indica el documento de reciente publicación.
El informe subraya que la confianza en las instituciones, así como la
satisfacción con los servicios públicos, ha bajado. Por ejemplo, añade
que la proporción de la población satisfecha con los servicios de salud cayó del 57 % en 2006 al 41 % en 2016, ubicándose muy por debajo de los niveles de la OCDE, cercanos al 70 por ciento.
De la misma manera, la satisfacción con el sistema educativo
cayó del 63 % al 56 % para el mismo periodo, y esto contribuyó al
descontento social y a la poca disposición de los ciudadanos a pagar
impuestos.
En 2015, el 52 por ciento de los latinoamericanos, seis puntos
porcentuales más que en 2011, aseguró estar dispuesto a evadir impuestos
si tuviera la oportunidad de hacerlo, anota el texto.
El descontento social con los servicios públicos es aun mayor para la
población pobre y vulnerable, pues no puede acceder a otros servicios
de mejor calidad, generalmente más costosos y provistos por el sector
privado.
Argentina es uno de los países que más desaprueba al Gobierno del presidente Mauricio Macri por su gestión política y económica en detrimento de la clase obrera. México, por su parte, bajo el mandado de Enrique Peña Nieto, se ha colocado entre los países más corruptos del mundo.
El descontento de los brasileños con su Gobierno,
encabezado por el presidente Michel Temer, es mayoritario y, según
revela un nuevo sondeo, se manifiesta en todas las áreas de actuación,
dada la cifra récord de desempleados y pobres existentes en el país
suramericano.