Adán Chávez.- Una vez más, los partidos de la burguesía nacional intentaron sabotear
la mesa de diálogo en la búsqueda de descartar la aplicación de la
diplomacia de paz como herramienta para la solución de nuestra actual
coyuntura. La derecha demostró con esta actuación, que sigue apostando
por la violencia política como arma para desestabilizar nuestro sistema
democrático.
El Gobierno Bolivariano y el pueblo, continúan apostando por el diálogo
con el acompañamiento de la comunidad internacional y estamos seguros
que el país saldrá airoso en esta propuesta.
El desmantelamiento de una célula terrorista que amenazaba la seguridad
de la nación, fue manipulado por el aparato mediático de la oligarquía
trasnacional para descalificar al Estado venezolano.
Se ha puesto nuevamente en evidencia el doble rasero del imperialismo en
la denominada "lucha contra el terrorismo", que le ha servido de excusa
para atropellar impunemente a los pueblos como hemos podido observar en
Siria, Afganistán, Libia, Iraq, entre otros. Si los terroristas sirven a
sus intereses son llamados "rebeldes".
El panorama es claro. La contrarrevolución, financiada y dirigida desde
Washington, apuesta sin tapujos a una intervención internacional. La
oposición teme medirse con el pueblo y pese a que ya ha asomado algunas
candidaturas, su objetivo es torpedear las elecciones presidenciales que
deben realizarse este año.
Pero se equivocan. El caos no se decreta y mucho menos se le impone a un
pueblo con organización y conciencia al que no van a amedrentar con
mentiras fabricadas en los laboratorios de la guerra sucia.
El pueblo venezolano ha definido su camino, el de la paz, la
independencia, la soberanía y la democracia. Justo se cumplen esta
semana 60 años de aquel heroico 23 de enero. Esa gesta que nos recuerda
la voluntad indómita de nuestra Patria de luchar por su derecho a elegir
su propio destino.
Aquel 23 de enero, toda una nación estuvo dispuesta al sacrificio por su
dignidad y libertad, por derrocar a una dictadura al servicio de los
intereses de las petroleras norteamericanas.
La esperanza del 23 de enero, de comenzar un nuevo proyecto de
emancipación que permitiera la construcción de una sociedad más justa
fue traicionada en su espíritu por la misma clase política que hoy se
niega a continuar el diálogo. La posibilidad de una Revolución
transformadora fue coartada para imponer una pseudodemocracia al
servicio de las élites que puso de rodillas al país y entregó sus
riquezas al mejor postor. Cuatro décadas de miseria, represión y dolor
para las mayorías, fue el resultado de aquella traición.
Por ello es necesario continuar haciendo memoria, forjar la memoria
colectiva: saber de dónde venimos es decisivo para no perder el rumbo.
Lo que vivimos hoy es una nueva arremetida contra los sectores populares
para echar por tierra un proceso de liberación nacional que se inició
hace dos décadas, con el Comandante Hugo Chávez al frente.
En el proceso dialéctico, hemos tenido aciertos y fallas, avances y
retrocesos, pero nadie puede dudar que ésta es una Revolución del pueblo
y por el pueblo; que su objetivo fundamental es el bienestar de las
mayorías.
Hoy los enemigos de la Patria, los que siempre negaron a Bolívar,
quieren borrar de un plumazo la experiencia con miras al Socialismo en
Venezuela, acelerando un complot internacional para, por la vía que sea,
imponer la restauración neoliberal y privatizar nuestra industria
petrolera.
Pero en este momento decisivo, las fuerzas revolucionarias garantizamos,
que no habrá nunca más un pueblo traicionado. La batalla estamos
dispuestos a darla en cualquier escenario, en el mediático, en el
político, en el plano jurídico internacional. El pueblo venezolano
continuará imbatible en su propósito de consolidar un proyecto de país
sustentado en la justicia social, así lo podemos ver en el entusiasmo de
millones de compatriotas que se incorporan a la discusión y al aporte
de ideas para elaborar el Plan de la Patria 2019-2025. Estamos dando
curso al tercer ciclo de la Revolución Bolivariana y al punto de no
retorno.
¡Con Chávez Siempre!
¡Viva la Patria!